Los Girasoles de Van Gogh



Pongo sobre mi cara la seda del cuadro ,
me acarician sus dedos tibios,
tan alejados de la muerte.

Huele a lapislázulis en azúcar,
a trementina de abril,
a una copa con perfume en sus grietas.

Muerdo su piel tan amada,
lamo el rancio aliño de su otoño.
Percibo 

que el sabor de una pared 

es dulce cuando está triste,
que es agria una flor 

y sin orgullo
 cuando es pintada por un loco.

Puedo escucharlo 

lloriquear por las esquinas,
es ahora muy anciano 

y ya no reconoce
las caras de quienes lo admiran.

(Los cuadros quieren ser olvidados,
quieren morir como todo lo que es bello).

Hay vino adentro del jarrón,
contiene un sabor de labios.
Labios que sufrieron en primavera.

Licor que a medianoche
cae sobre otros licores errantes,
y se convierte en lágrimas. 

En lágrimas de Van Gogh
que los pinceles no dibujaron.

Comentarios

batalla de papel ha dicho que…
Hermoso homenaje al maestro.
Vas evocando sensaciones, sabores, olores; también escuchas el llanto de Van Gogh, su tristeza, su dolor.
En la figura del vino nos hablas de la esencia del genio, y vas más allá hablándonos de su figura errante y de sus búsquedas.
Un placer recorrer tu espacio.
Un abrazo
Andrés ha dicho que…
Amiga, muy hermoso, tremendamente sugerente, este homenaje no al pintor, sino a la obra, esa flor sin orgullo, nacida de un pincel movido por la genialidad y la locura. ¡Formidable! Un fuerte abrazo, Clara.
Isabel Expósito ha dicho que…
Lleno de bellas imágenes este poema tuyo. Pintas con palabras. Me ha encantado. Volveré a visitarte. Un abrazo

palabrasenbitacora.blogspot.com
sencillamente excelente... todos y cada uno de tus post so bellisimos y se nota que las palabras brotan de lo mas profundo de tu ser...... a mi tb me encanta la escritura y la poesia y en mis ratos libres me gusta recorrer blogs en busca de talento y el tuyo me ha maravillado
felicitacionees
saludos

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