El camino
Engendramos la distancia.
De casa en casa,
de abrazo en abrazo,
dibujamos un mapa siniestro,
los puntos conectados de la pérdida.
Al final nos esperaba el silencio
-esa forma calmada del final-
Tú vivo, yo viva, ambos muertos.
Sin sentir deseos de llorar.
Comentarios