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Mostrando entradas de diciembre, 2021

2021

Fueron 365 días,  la mayoría trajo consigo la luz,  algunos, solo uno o dos segundos de brillo, muchos días arribaron con mas de una noche,  con sombras concentradas de hollín. Todos ellos los viví como un solo día muy largo,  uno de paredes descascaradas, -esas que por ser muros duelen más - un día extraño, como un socavón giratorio. No obstante,  pude contar con dos o tres amaneceres santos, cuando un sol recuperado de su enfermedad, alumbró con palabras nuevas, doradas; escribí un poema que solo mi alma pudo leer, unos versos de los que nadie nunca sabrá nada, pero que dieron sentido al aire y al tiempo. Se reveló también mi canción de bienvenida, la que no dejó de retumbar en la cuna pese a la punzante mudez de una madre,  ese cantar cristalino del líquido amniótico, su mágico fluir sobre las sábanas tibias,  su poder de atajar la maldición de la tierra. Supe que fui bendecida  por un Dios tímido, inseguro,  un Dios que nunca se atrevió a mirarme, mas por un azar del destino,  al s

Escritora

  Soy la que imagina poseer todo aquello que nombra. La que vence el miedo pronunciando el mundo. Mas nada podrá evitar que siga siendo una transparencia de siete ojos. La ciega que menos ve, mucho menos aquello que escribe.

Creación

  Hago mi siembra, vibran en sus ansias las semillas, como cuando unas manos conceden. A la tierra pregunto muchas cosas -su pétreo soliloquio en el vacío-, acaricio de nuevo las semillas, van cayendo indefensas en los surcos, van cayendo.

365 días con sus noches

  Este continuo volver a empezar una rueda que gira y se devuelve. La noche cae,  el día comienza,  un día ante la oscuridad que lo engulle, una noche atajada por ráfagas de luz. Dos planos en simbiosis, destructores de sí mismos. No quiero negrura ni claridad,  someterme a las leyes de un planeta. No quiero estos ojos -estas únicas ventanas-  ser esclava de un sistema de alumbrado.  No quiero esta cárcel de claroscuros. Sé qué hay más,  otro plano más amable, puedo ser una célula, vivir en la infinitud de su simpleza. Ser polvo cósmico por el que nadie indaga. Puedo ser un grano de arroz olvidado en un pantano. Una gota de saliva, su metrópoli de seres vivos. Todo es demasiado oscuro aquí arriba, todo es demasiado claro para verlo, cada rotación me roba un fragmento y no entiendo la razón del deterioro. Quiero ser simple como la unidad, sin norte ni sur, sin arriba ni abajo,  simple como si fuera un Dios, aquel que sin vivir, vive,  aquel que sin estar, reina, un Dios tan grande y pod

EL PAÍS DE LAS MUJERES

  Cuando las mujeres existían, los ríos no le debían nada al agua. Ellos corrían por el cuerpo, su azucarado líquido rebosado en ingles, en axilas, y en luna llena se convertían en corrientes premonitorias como la murmuración de un Dios.   En ese entonces, los árboles se nutrían de música, de vinos subterráneos. Entrelazaban sus raíces en gigantescos nudos enamorados para así emular el origen del universo.   Las mujeres frotaban sus tacones en los ásperos muslos masculinos. Entonces, sin percatarse de nada, los hombres cambiaban de personalidad, a veces de esqueleto, de pantalón, y sus noches sólo tenían tres horas más un instante para rozar la locura.   Cuando las mujeres poblaban la tierra, el infierno realmente existía y sin lugar a duda, era un buen lugar. Se llegaba a él por dulces caminos de flores envenenadas y besos.   Luego, un buen día, las mujeres se fueron y sólo quedó la poesía hablando de lo desconocido y una aritmética que recomenzó en un punto

OTRA VEZ LOS POETAS

  Los poetas viven bajo un árbol,  a cualquier hora desahuciando una palabra o haciéndole el amor a otro poeta.   Los poetas no doblan sus sábanas.   Mil voces pasan sobre ellos pisoteándolos,   los insultan, los indagan, les pegan.   Los poetas no hablan, sólo escuchan y escuchan.   No están en el mundo, es el mundo el que está en ellos. El universo los persigue para existir,                existiéndolos.   Un poeta es la víctima más bella,                              un sacrificado.   Cuenta, una a una, sus heridas. Las consiente y decide cuál va a enseñar o cuál deberá aguardar más baños de sangre. Para él una cicatriz es un fracaso, es haberse olvidado de algo.   Un poeta no entiende nada, pero todo lo conoce. No sabe del mal ni del bien, pero sí del abismo que los traiciona.   Por eso no puede dormir, pues perdería la angustia de la sombra, la violación de la noche, se escaparía del hielo que hace hueso

LECCIÓN DE HISTORIA

  Eran los años indecentes del culto a lo material. Caminábamos por túneles de mármol contaminado, cloacas untadas de miel y alucinógenos. Teníamos un número marcado en la frente, la cara de dios trazada con fórmulas, -multiplicación que ya no era de peces-, pero sí de acciones en la bolsa de valores, de bonos del tesoro, de multinacionales, sumatorias de hombres, cada uno con su dólar en el saco, restas de mujeres, cada una a merced de su devaluación. La especie tendiendo   a cero, La tierra cercenada a la enésima potencia.   Eran los años de la algarabía econométrica, de un alma escogida al azar para tasarla con toda precisión y luego dividida por tres pesos.   Eran años que hoy   todos quieren olvidar civilización cuyos rastros nadie busca Nadie excava en sus ruinas arqueológicas Nadie hurga en su herencia maloliente.

PROFUNDO ENSAYO SOBRE LOS POEMAS

  Hay poemas de muchos colores Unos resultan pintados de negro, disuelven oscurísimas noches, son sombras, abismos, tinieblas, otros se apegan a las temperaturas del verde, con sus insistentes valles, primaveras, montañas. Hay poemas que son muy, pero muy rojos, son tantos los besos que llevan, los corazones henchidos de sangre, que brotan chorros de fuego, incendian el libro, la biblioteca.   Un poema tiene lámparas colgadas, si están prendidas, disfrutamos su decorado, si están apagadas, se nos apaga el nuestro.   Un poema carga relojes, esos que marcan las horas de otros planetas, poemas que odian a la poesía, otros, que ni siquiera saben que existe.   Pero un poema,  siempre, siempre, es amigo de las letras, de la coma, el diccionario, del diptongo, del punto aparte.   Hay poemas con olores que torturan, otros con gustillo ácido o amargo, hay poemas enmelados, enchilados, anhelados.   Hay poemas que hacen fiesta de mañ

DESDE LA FOSA COMÚN

  Nunca pensamos en los buitres hasta la mañana en que nos vieron morir.   Nadie nos dijo que hablarían en nuestra lengua, que bailarían majestuosos la danza del adiós, que nos mirarían tan compasivos, bellos y gritando con una extraña aflicción.   Apenas ahora sabemos de su hambre, les atraemos como flores olorosas, apenas hoy deshacemos ante ellos el inventario del desasosiego y el terror.   A qué hora descansarán los buitres - con tanta pasión que nos buscan. A qué   horas terminará su ceremonia, tal vez cuando nuestros ojos se sumen a la redondez de la tierra.   Recién llegan los buitres, ahora que nuestros restos, anuncian que ya no estamos, cuando todos nos buscan tan inútilmente   y solo quedan   ellos -azules- con su secreto.   En su círculo de aire.   Cantándonos.   Cantándonos.  

TRAVESIAS

  Puedo caminar los 7 continentes, nadar en mares, lagos y ríos subir y bajar de algún planeta, tropezar, caer y levantarme, pero nada podrá impedir que al final de todos los viajes, esté yo al otro lado, intacta, esperándome.   Esta urgencia de movimiento no me ayudará a escapar de mí misma.   Sólo hay un camino por el cual llegaré a otro lugar -ese del cual no regresaré viva- un trayecto que no transitaré fuera, sino dentro de mí.   El único camino cierto que podré recorrer en esta vida será el camino de regreso al punto de la nada de donde provine.

DECLARACION DE IDENTIDAD

  Tengo el pie roto y soy mujer. Guardo baratijas en el bolsillo y soy mujer.   Mujer soy, eso dicen.   Me levanto a las seis, no preparo el desayuno.   Una tarde me olvidé de mi hija pequeña en el colegio.   Soy mujer, odio los bolsos, su peso sobre mi hombro, tener que cepillar mi pelo a diario.   Las faldas me estresan. No me gusta disfrazarme de mujer.   No quiero mucho a los hombres, apenas a unos pocos.   Soy mujer.   No sé qué haría si fuera presidente de un país. No sé si me importarían los niños, las mujeres. No sé si pensaría diferente a un político común.   Soy mujer y no sé qué hay por inventar, si hay guerras justas. No sé si vive una mujer en mí. No sé si tenga género esto que soy o soy un desecho de algo, un invento, un ser viviente condenado.   Soy mujer, debo actuar en consecuencia.   Tengo mala suerte con las plantas, mi armario es un desastre, lo arreglo a veces para que no me ataqu

TESTAMENTO V

Imagen
  Pasó el tiempo. La poesía pactó con la tristeza,  el triunfo hizo alianza con la soledad, los sueños cambiaron o se intercambiaron. Todo se movió y, al tiempo, no se movió nada,  fui un punto estático que imaginó otros mundos, reinicié la marcha segundo tras segundo,  mas nunca quedó atrás  el punto de partida.