REFLEXIÓN ANTE EL REFLEJO
Soy feliz cuando me observo en el espejo y veo mi rostro carcomido por los años. Por los caminos he ido dejando millones de mis partículas, consumiendo mi cuerpo, desalojando el alma. He ido quedando esparcida por la tierra como un raro fertilizante bajo las piedras. Soy feliz, porque sólo lo que acaba es verdadero y si estoy muriendo es porque existo. He vivido 3.200 domingos. Hoy es uno de ellos.