Ante un cuadro de Dalí
Hoy la ropa
me queda grande.
Siento las mangas de la blusa
extenderse hasta el infinito
y revolotea entre ellas mi pecho
reducido a un punto desvalido.
Los
pantalones son bolsas gigantes,
altos muros de tela que intento escalar.
Floto indefensa dentro de esta ropa.
Soy yo misma
contra mí,
con esta pequeñez desatada,
en un universo tan inmenso,
tan
inalcanzable.
Trato de
salvarme
pronunciando
tu nombre
o
el de mis padres,
gritando el de mi vieja amiga,
- la
que olvidé a golpes-
o el de esa mujer que hace veinte años
vi fallecer
sobre el pavimento.
El azul de
mi nostalgia
tampoco es el azul de este traje.
Hoy todos
los azules desentonan,
inmensos
como mi noche
cuya tristeza aún no termina
o porque este planeta es azul,
de un azul sin remedio,
sulfuroso y
hambriento.
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