FRENTE A FRENTE
Todo lo
habría creído si no fuera por las guerras.
Cuántos abrazos habría dado si no fuera porque hay algo desconocido en las miradas.
Hubo almas esperándome, seres pequeños e indefensos soñaban conmigo, estaban
debajo de arenas movedizas, pero no los pude ver a causa del ruido en los
discursos, de los diarios infectando los cestos de basura.
Y vivía junto a mí una flor mágica con un pétalo imposible, también un animal
mitológico que me seducía en varias lenguas, y pasé de largo, pues las
tormentas del mundo me hundían en un planeta que no se parecía a sí mismo.
Hubiera dado la mano a algunos amigos si no hubiera sido por la forma como languidecía
su sangre borboteando en sí misma, y por esas trayectorias hacia lugares donde
yo no quería ir.
No debí entrar por ciertos caminos, fue como abrirle la puerta a mi perdición,
conocer el bien y el mal y su pacto corrupto.
No todos soportamos lamer la sal de nuestra piel.
Hubiera rezado en los templos si no hubiese sido por lo territorial de la fe,
por los letreros sarcásticos escritos en los misiles y por los panes acumulados
en ciertas vitrinas.
Y hubiera sido yo, con mi ingenuidad, con mi puñal embrujado y el bebedizo de
amor, si no hubiera sido clarividente, una enferma terminal.
Comentarios