REPARACIONES LOCATIVAS
Si se te cae el corazón y se rompe,
recoge sus
pedazos y pégalos.
Cuélgalo de
nuevo en tu pecho
o engánchalo
en una puntilla
o mejor en
un garfio sagrado.
Búscale un
apoyo de acero y de sueños.
Algo que lo ponga a salvo de sí mismo,
de su delicada esencia de cristal lluvioso.
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