LA POETA
Yo no soy nada de lo que dicen mis poemas
ni siquiera creo en el amor.
Escribo,
porque busco
tantas cosas que aún no tengo,
porque creo en que cada palabra ha de llegar
como un hijo nuevo con su pan bajo el brazo.
Letras que camuflen y aderecen,
una pizca de emoción bien enraizada,
dos vocablos que insuflen dos latidos
para este corazón
mal educado.
Yo no soy nada de lo que dicen mis poemas.
Vivo disfrazada entre mis párrafos.
No soy humilde ni profunda
y solo tengo lucidez allá distante
escrita por azar en un terceto.
Soy una impostora metafórica.
No soy condescendiente
como dicen esos versos,
ni mucho menos moderada,
así predique con trampas maliciosas
entre alfabetos, tinta, papel y sueño.
Soy
porfiada, ansiosa y egoísta,
entre otras cosas peores y secretas.
Si esos escritos de mí algo bueno dicen,
es porque hace ya tiempo, y por suerte,
se trenzaron con astucia palabras y poesía
y desde entonces ya no fueron imposibles
los más inverosímiles milagros.
Comentarios