A MI MANO

Es una mano sencilla

–sus huesos como flores-,

su palma plena de agua de mar.

 

Al escribir sopla el vidrio.

 

Mano que a ratos se hunde en el lodo,

como un cangrejo herido

agita sus tentáculos obscenos,

muriendo en varias carnes.

Es una mano pensante.

Sufre de múltiples personalidades,

de inundaciones.
La atacan enfermedades lunares,

tras lo cual,

taconea en instrumentos de cuerda.

Siente el estruendo de sus nervios,

algo así como un cerebro rasgándose.

Un cruce eléctrico de agujas

la pone a vibrar como piraña.


Esto sucede si llega otra mano a acariciarla.

Se convierte en boca,

en bailarina deshilachando piel,

en un carnaval de uñas.

 

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