EQUINO

 Era un amor y era un caballo,

galopaba con sus vírgenes adentro,
nunca hizo preguntas ni ardió en la cebada,
siempre más largo que las bienvenidas.

Era un caballo y era un saltimbanqui,
le cantaba a las palomas sin pigmento,
su fórmula en los mapas suspensivos.

Era un animal con su sangrado,
ciego y gris como los caballos blancos,
cuando lo miré a los ojos pude entender.

Era un amor y era un caballo,
pervirtió a las fresas por su libertad,
a veces trotaba en mí su desgano,
las pequeñas llanuras de sus cascos,
su liviana pirueta de bestia .

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