PRÓTESIS PARA EL ALMA
Mi alma vive tirada en la calle.
Abre la boca para que le caiga agua de lluvia
o alguna gota de alcohol barato desde una pesadilla.
Mi alma vive en guerra conmigo,
me grita traidora cuando me peino,
cuando me levanto a las cinco a trabajar.
Carga dos piedras de luna y otra que es un cometa apagado,
me las clava en la garganta cuando me siento a escribir.
Mi alma harapienta, de humilde estirpe: la salvaje.
Ni siquiera en desnudez puedo asignarle un verso
ni en la cobardía del silencio contener nuestro abismo.
Tanto mal le he causado por estos caminos estrechos,
alardeando de equilibrista
y sin caerme jamás.
Comentarios