FERMENTO

 Madrigueras maceradas,

                       levaduras,

                   madreperlas,

de esas que borbotean a las seis de la tarde

cuando las sábanas reptan por tu huella dactilar.

 

A lomo de nuestros potros el vaivén de un galápago.

 

Entre mariposas y aceite, por miles, los racimos.

 

A la hora precisa de un segundo flotante,

lo concéntrico se transforma en centrífugo.

 

Tú te haces fauno del humus y el fetiche

y yo me consagro en otra

que te condena a recordar a otras

que sin saberlo en ti me nombraron.

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