PRELUDIO DE AMOR

 Nos untamos el bronce de las campanas.

 

De labio a labio la ola de un bosque.

 

Las moléculas de un poema nos otorgan dedos.

 

Es la hora de entrar.

 

Cruzar las puertas desfloradas de nuestro encierro.

 

Serpentear entre alcoholes y repetir las consignas:

 

“Uno, dos, tres”

 

“Exponenciales”

 

“Tendiendo al número más fuerte”

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL ALIMENTO