RECONOCIMIENTO
Puedo ver en tu mirada
una quebradura de cúpulas,
alguien en ti que siempre será extranjero.
Yo sé qué tienes.
Puedo sentir el crujir de tus coágulos.
Percibo cuando frente al espejo se te derrama el té,
cuando corres detrás de ese fantasma que también corre.
La herida tuya me responde así yo jamás le hable,
me cuenta en qué lejana estación perdiste el vino,
en cual lágrima escondes tu arenal de medianoche.
Puedo ver en tu mirada como en un águila rota
y entonces regresa el secreto que alguna vez construí
con el
delicado crujir de las piedras.
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