HOSPITAL Boca que ofrece todo menos la certeza, destino del ejército de la esperanza. IGLESIA Mármoles fríos que ofrecen calor. Pasadizo por donde desfilan los que agradecen a otro lo propio y los que ruegan por lo ajeno. ESPEJO Estafeta del tiempo. Amigo que al final nos traiciona. ROPA Disfraz que nos identifica.
REFLEXIONES DE CAPERUCITA ROJA Desde que salí de la casa estaba destinada al fracaso. De antemano mi madre me había sembrado una terrible inseguridad. Me sentía débil y vulnerable y desconfiaba de todos. No tenía la capacidad de decidir por mí misma qué camino tomar, ni con quién relacionarme. Todas estas falencias eran producto de lo poco que la sociedad me había dado, en mi pobre condición de mujer. Era como una muñeca de trapo, muy bien hecha y adornada, de hecho, con la caperuza roja me veía perfectamente como el adorno útil y bello destinado a ser. La vida de cuerpo entero no era cosa de niñas, de mujeres. Nosotras debíamos seguir siempre por el camino diseñado por otros, en un limbo de ignorancia que facilitara nuestra misión de obedecer, cumplir, parecer, pero jamás arriesgarnos a nada, nunca a opinar o a proponer: “Cuidado con desviarte del camino” “no hables con extraños”, eran las consignas que llevaba en mi equipaje como lápidas infames que aseguraban al mundo mi inut...
Para servir un vaso con agua se necesita primero andar el universo, entender los huecos negros y sus diluvios, mirar bien al interior de una mirada húmeda, tocar el punto más temible de su tristeza, descifrar la lágrima, su alfabeto astringente. Para llenar un vaso se requiere comprender el agua desde su atarraya oscura, saber nadar hasta ahogarse y haber salvado a otros náufragos. Se llena un vaso con agua y eso significa vislumbrar el cuasi- amor de un átomo de oxígeno con dos de hidrógeno, su estrategia para invadir planetas, preñarlos y enloquecerlos. Servir un vaso con agua es también saber de barcos y marinos, de los túneles donde se dan citas a ciegas para cantar salmos de vino y madera. Mucho llega con el agua hacia su vaso. Se necesita más que nada un guerrero regresando seco, sin siquiera su cadáver. Un simple vaso con agua es resumir todo el misterio y para que nazca con su sacramento, basta un deseo incontenible y arriesgarse....
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