En el cofre
De todo lo perdido,
me ha quedado:
sal,
anémonas,
un rezo al horizonte.
De todo lo perdido
tengo guardados:
tierra a secas,
un tintineo,
tres
palabras,
una llanura amarillenta
y dos reflejos.
De todo lo perdido:
me acecha en el espejo
un ojo hipócrita,
otro ojo suave y discursivo,
una figura arrasadora
y los besos.
¡Los besos que fluyen
al transfigurarse!
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