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Mostrando entradas de noviembre, 2024

ENTRE EL VASO Y EL AGUA

Para servir un vaso con agua se necesita primero andar el universo, entender los huecos negros y sus diluvios, mirar bien al interior de una mirada húmeda, tocar el punto más temible de su tristeza, descifrar la lágrima, su alfabeto astringente. Para llenar un vaso se requiere comprender el agua desde su atarraya oscura, saber nadar hasta ahogarse y haber salvado a otros náufragos. Se llena un vaso con agua y eso significa vislumbrar el cuasi- amor de un átomo de oxígeno con dos de hidrógeno, su estrategia para invadir planetas, preñarlos y enloquecerlos. Servir un vaso con agua es también saber de barcos y marinos, de los túneles donde se dan citas a ciegas para cantar salmos de vino y madera. Mucho llega con el agua hacia su vaso. Se necesita más que nada un guerrero regresando seco, sin siquiera su cadáver. Un simple vaso con agua es resumir todo el misterio y para que nazca con su sacramento, basta un deseo incontenible y arriesgarse.

ADVERTENCIA

  ¡Ah! Gentes con aire de dioses. Si me arrastran, sonará mi cascabel.   Sepan que tengo espinas santificadas, una letra tras otra, desobediencia.     Tengo en mí angustia suficiente para ser más íntima y liviana. ¡Ah!   Benditas personas que se creen benditas.   Dentro, guardo embriones densos de hace siglos, de cárceles despiadadas, de ejecuciones y maleficios. Almas ruines que adelantan el infierno. No será menos infierno esta vida                               y su debilidad. Seguiré epiléptica en mis versos, en mi ante-muerte. Tan lejana que no tendré edad,    como una estalactita.

PENÚLTIMA ESTACIÓN

  Tendría que ser un poco más joven para regresar de los sitios nunca idos, para recordar el color del maquillaje y su orquestación en favor del verano. Reconocer si entre tanto despertar   he dejado dispersas las sábanas o si fue el recuerdo el que redujo mis muchos años a casi nada. Desde hace un tiempo todo es papel, historias que florecen solo escritas y que entre más lejanas parecen más propias.   Todo se va apilando en una sola cifra, hacia una depredadora transparencia. Tengo un sitio en cada esquina, algo que siempre me reconoce. (Cambiaría mi nombre si alguien me lo creyera.) Otros, para que nada de esto les pase,   se consuelan abrazados a un leño tibio o sintiéndose convenientemente enfermos.   Yo en cambio, escogí esta poesía para ensordecer al silencio, para negar lo pensado. He decidido reconstruirme de cedros,                                        de avenidas,                               de piedra coralina. Tam

DECÁLOGO AGUDO

  No voy a conformarme con mi cuerpo, en alguna palabra estará mi clave. Antes que alguien note mi ausencia,   encontraré un pasadizo hacia el árbol                      o hacia la trashumancia. No voy a cargar tampoco con mis creencias. Que los bolsillos son bocas y no destinos. Me transformaré de pronto en trozo de fiera. Amnésica de mi óxido, buscaré la humedad de todo lo negado en el paranoico silencio de la tierra. Todas las sumatorias resultan en cero, todo cálculo viaja hacia el infinito. ¿Por qué tengo que tener peso y un nombre? Olvidaré ese nombre, para recordar las voces que me llamaron. Olvidaré mi cuerpo para recuperar una mano levitante, la del hombre que nunca logró ser mío, pero nutrió sus sueños en la distancia. No quiero aceptarme como si nada, inyectada de vida y aérea. ¿Un disfraz será más valioso que un fantasma? No pienso dormir detrás de la vigilia, pues una hora larga se volvió mi tiempo. El tiempo debe ser combustible, ser el verdader

COTIDIANO

  Solo por hoy, voy a insistir en las cosas vivas: a penetrar en los ríos de la uva, en el suave aspaviento alrededor de un ojo, perseguiré las alas en este inmenso amanecer, la angustia de una hormiga sin recuerdos. Solo por hoy y hasta el anochecer,   aceptaré el carnaval de huesos                    en su día perfecto. Después,   volveré al asunto de la eternidad, a condolerme como siempre por lo que no tiene remedio.

APOCALIPSIS

  Milenio 1 Por la playa veo caminar una mujer que acaba de perder el viento, la orilla, a sí misma. De todo lo que tenía, le han quedado los pies para regresar del hambre. Milenio 2 Ya no queda nada en esa playa. A las seis de la tarde me he dado cuenta de que la noche no llegará más. Milenio 3 Voy escalando una montaña. Detrás mío escucho la marcha de un ejército que está luchando en dos guerras al mismo tiempo. Un soldado me mira con un ojo alquilado, en sus rodillas no hay señal del barro por el cual se arrastra. Milenio 4 Ya todo ha desaparecido. Ahora es la montaña misma la que marcha, pero no sabe a dónde va. Milenio 5 El niño detrás de la ventana ha comprendido el veneno mortal que acaba de teñir el vidrio. En sus dedos se acumula música, en sus hombros una levedad borra las preguntas y mira a través de sí mismo como a través de una culpa universal. Milenio 6 Por mucho que excaven en los hallazgos arqueológicos, jamás podrán descubrir que el niño se marchó siglos ant

DESHOJADA

  Sin mis manos no tengo las tuyas ni tu cuerpo ni tu poema.   Sin mis manos los temblores se caen, soy otra al recorrer las sábanas, el sábado es cualquier otro día, la compraventa del absurdo.   Sin mis manos la rendición, sin mis manos las consecuencias.   Ven, trae mis manos tan diminutas, ponlas en un círculo que corresponda, luego define el rumbo; hazte dios, trae mis manos tan exactas en su noticia, siémbralas esta tarde en tu lengua.   Manos ignorantes de las manos, ignorantes de mí:              tan mano.

ANTI VERBAL

  Las palabras desprecian su nombre, el momento circular del sonido, ese avanzar perdidas entre la locura y el sueño, sin un destino transparente. Las palabras, además, se desprecian entre sí y desdeñan al silencio, tan cobarde, su mandíbula animal.

CUESTA ARRIBA

  No es fácil irse abandonando a sí mismo en esperas que traen tu propio nombre, cruzar puertas ignorantes de los pasos         que separan el pasado del futuro. No es fácil tomar los caminos más largos, mientras arriba un dios estalla, una a una,                     las preguntas en tu pregunta. No es fácil sentirse hambriento y que allá afuera, el hambre lo sea todo.

ANTES DEL DESPUES

  He de regresar siempre a lo que somos,                       mucho más sin nosotros, cuando nos remuerda el sabor del ladrillo                  y arribemos al límite del rezo. Con saltos desordenados y pétreos, iré insertando un pensamiento agudo en este papel con dos mayúsculas y un duende. Tú regresarás trayendo una casa conmigo, yo viajaré a tatuarte en finales desmembrados. En cada grano de arena hay ciudades, en cada beso cambiamos el destino.

RECONOCIMIENTO

  Puedo ver en tu mirada una quebradura de cúpulas, alguien en ti que siempre será extranjero.   Yo sé qué tienes. Puedo sentir el crujir de tus coágulos.   Percibo cuando frente al espejo se te derrama el té, cuando corres detrás de ese fantasma que también corre.   La herida tuya me responde así yo jamás le hable, me cuenta en qué lejana estación perdiste el vino, en cual lágrima escondes tu arenal de medianoche.   Puedo ver en tu mirada como en un águila rota y entonces regresa el secreto que alguna vez construí con el delicado crujir de las piedras.

ISLAS EN LA CORRIENTE (ISLANDS IN THE STREAM)

  Tengo dos lugares que te esperan.   Uno es una calle con calor y frío con un borde encima del otro, queda en una curva del abrazo, mece todas las prominencias como una marea de cien puntas.   Sostenido en el cruce de mis muslos, te espera otro lugar con pirotecnia aguda y un nido de insectos carnívoros, es un sonido que se entierra entre las sábanas muele la lengua, parte en dos la medianoche, un paraíso que exige nuestra salvación entre excesos y pozos mansos de saliva.   De un lugar al otro nada más nos acerca.   Nuestra fractura humana sigue intacta   y esa es nuestra bendición.

PRELUDIO DE AMOR

  Nos untamos el bronce de las campanas.   De labio a labio la ola de un bosque.   Las moléculas de un poema nos otorgan dedos.   Es la hora de entrar.   Cruzar las puertas desfloradas de nuestro encierro.   Serpentear entre alcoholes y repetir las consignas:   “Uno, dos, tres”   “Exponenciales”   “Tendiendo al número más fuerte”

SUMATORIA

  Cuando hago cuentas, nunca paso del número dos: Dos lunas, dos planetas, dos oscuridades, un par de lágrimas, un par de besos, dos fantasmas. Todo lo que sobrepase el número dos está de más. Más allá del dos no hay magia ni misterio. Todo es tan simple y tan complejo como: uno más uno, como un universo en pos de sus manos y piernas, de su cuerpo entero y su grito de guerra. El dos es la unidad con su espejo cierto. El dos no necesita más que la verdad y una cintura desnuda.

RÉQUIEM POR QUIEN QUEDA VIVO

  Tu rostro frío me dice más de tu vida que de tu muerte. Has bajado todos los escalones, más las arañas aún divagan en tu atmósfera que es de sal y ventiscas. Te devuelves en palabras que vuelcan piedras, en años colgados de puntillas musicales. Pero ahora solo quedo yo, para buscarle un agujero al telón,                        para olvidarte vivo, para verte al borde de una hora gris leyendo el libro de la muchedumbre, con la lengua convertida en lodo sagrado. Ahora soy yo quien empezará a morirte.

CUADRO DE MAGRITTE

  De todas las rosas, amo más a la rosa giratoria, su locura fingiendo belleza. De todos los árboles, al único que seré fiel es al que me esperará por siglos; imitando mis piernas y mis brazos, susurrará al universo una historia secreta. De todos los hombres el mío yace caído en la tierra, debajo del agua canta letanías. Lo tengo olvidado. En las tardes me obsesiona el reloj. Las horas amenazan en un solo punto. Me pongo a rimar dos palabras. Son siempre las mismas dos palabras.

BESO

  Penetro en el expandido vegetal de tu saliva, me torno diminuta en el borde del labio.   ¡Ay, cuánto amo nuestra deformidad subterránea!   Ser el beso amalgamado con mercurio, en el centro de un minuto con mil tiempos.

CANTO DEL SUICIDA

  Si hoy decido quedarme, será para que la soledad no se quede tan sola.   Si hoy decido quedarme, será para retener la humedad en mi cama, ahí donde se hace antiguo el tiempo.   Si decido quedarme hoy, no será por los besos, por los manantiales, ni por la anchura de una iglesia,   será por los tejidos rotos, por lo indeleble y sabio de la miseria humana, del ojo con su celo   y también porque el mundo necesita mi desventura para entenderse a sí mismo con su conducta arácnida             y su mirada reptil.

POEMA EN TERCIOS

  Sale por el poema el sueño inverso de un vacío.   Salen unas letras que desbaratan un nombre.   Entra por el poema la corriente quebrada de lo imposible.   Sale una herida fina como un calvario.   Es como inventar un perfume sin haber visto nunca una flor.

LA VERDAD

Volverás una mañana ya sin nosotros. Vendrás desde una suspendida elocuencia. Me vigilarás de lejos. La misma seré, pero sin nombre, luchando por la arena y por la sal, caminando en reversa por los orificios nocturnos mientras soporto el volumen de la palabra "nunca". Volverás ciego y sin memoria, más yo no habré olvidado quién fuiste. Recordaré estos días que corté en tres, cuando los sueños ultrajaron la tierra, la forma extraña en que me hice transparente.  

FERMENTO

  Madrigueras maceradas,                        levaduras,                    madreperlas, de esas que borbotean a las seis de la tarde cuando las sábanas reptan por tu huella dactilar.   A lomo de nuestros potros el vaivén de un galápago.   Entre mariposas y aceite, por miles, los racimos.   A la hora precisa de un segundo flotante, lo concéntrico se transforma en centrífugo.   Tú te haces fauno del humus y el fetiche y yo me consagro en otra que te condena a recordar a otras que sin saberlo en ti me nombraron.

INMEMORIAL

  Correré desde adelante hasta el siempre.   En un sólo punto describiré la luz.   Iré al infinito para andar desnuda, porque eso también es soledad.   Llegaré al magnetismo, a una imagen singular. Pero antes de todo, habré de morir cantando, tendré que cantar muriendo.

LEYENDO A RULFO

  Hay un silencio contenido que explosiona en violencia, un dolor que se carga a cuestas como si fuera un brazo o un ojo, como el agujero de un vestido. Hay lluvia, viento, tierra compasiva que de pronto enferma.   Hay un hombre gigante y poderoso que no puede con su pequeñez y otro que no quiere recordar el camino por el que fue el olvido. Hay muerte, mucha muerte. Esa muerte que dura menos de lo que el vivo sueña.   Vivos insensatos porque igual olvidan que hace mucho están muertos. Hay un mundo que bebe su propia sangre a medida que sufre hemorragias.   Un mundo partido por la mitad y condenado a no ser más que eso.

ÉXODO

  He vuelto a ser la misma de antes, la que finge caminar el mundo subterránea en sus cuatro soledades. He vuelto a arrastrar con dificultad mi cuerpo para acercarlo a esa otra que nunca está,                                     -aserrín de huesos-. Estaba esperándome a mí misma en la última esquina donde fui feliz,                                   hace mil años, cuando ser desgraciada era mi libertad,                          mi vestido invertebrado. Ningún beso me pudo corromper, nada logró alejarme del fin del mundo, arrancadora de eucaliptos, desertora de las retaguardias.

NOTICIERO NEGRO

  La voz de los muertos es impetuosa, inunda los noticieros y los diarios. Los muertos gimen, nos relatan lo que fue su vida, el momento cumbre de su muerte.   El mundo de los muertos es poderoso, allí a nadie le importa los que viven, más aquí, en el imperio del oxígeno, veneramos la existencia de los muertos. Los recordamos sin parar y hacemos que revivan, luego nos entristecemos y entonces re-mueren.   Un vivo puede estar muerto pero un muerto siempre está vivo.   Los vivos caminamos temerosos de estar vivos, porque somos lo que va sobrando de los muertos.

EL LIBRO DE POEMA

  Para Federico Díaz Granados   ¿Vale la pena dejar los rastros de esa tristeza en el poema? ¿Quién de tantos y tantos adivinará la fuente original con su sangre oscura? ¿Tal vez una sola palabra escuchada en la niñez? ¿Tal vez una simple obsesión? ¿La vida es así?

UNA MAÑANA SIN DÍA

  Amanecí convencida de que he vivido mucho, quién sabe si fueron segundos o milenios, el caso es que ha sido demasiado.   Este silencio que nunca cambia ha sido el tiempo, los ejércitos y las manos ambulantes fueron el tiempo, tiempo fue la especie y su monstruosidad congénita. Amanecí, y la tierra se me hizo tan larga como lo vivido y también yo me volví extensa hasta el dolor. En verdad, este planeta es más insalubre que el Universo y yo tan pequeña y antigua junto a la ceniza. He vivido demasiado y sin un sólo descanso. Sin olvidar, sin hacer, sin dejarme matar. Hecha sólo de carne. Se vive en zanjas y de todas partes cae algo débil, hay leche para los cachorros, pero luego es olvidada, algunos se convierten en presas, otros imponen alguna doctrina. No sé por qué he vivido tanto, no me alcanza el dormir para estar despierta, la vida no transcurre se acumula en sí misma, un paso sobre otro es caminar en caminar. Me siento infinitamente esparcid